domingo, 27 de enero de 2008

MARCHAR EN CONTRAVÍA


Imagen Tomada de: http://media.eltiempo.com/entretenimiento/

A propósito del retorno de CONTRAVÍA
Por Gustavo Montenegro C.

Hollman Morris nos dio una buena noticia al informarnos que CONTRAVÍA, el ya premiado y reconocido programa periodístico, realizado con el enfoque que brinda pensar este país desde otras orillas volverá muy pronto a la pantalla. La buena nueva me permitió pensar en cuántos pasos en contra de la vía también hemos venido dando desde el Fondo Mixto de Cultura de Nariño tratando de encontrar respuestas a una comunicación que mire más allá de lo simple, de lo evidente, de lo tradicional, de lo superfluo y fácil. Nuestros premios y reconocimientos son modestos por ahora, bueno, al menos en el campo de los trofeos que se entregan en el mundo de la farándula y de los círculos del periodismo; pero hay otros espaldarazos que alientan este trabajo en contra corriente. Lo primero es saber que hemos sido capaces de ser equipo, de trabajar en equipo y sin mayor pretensión que el lograr que cada uno aporte desde lo que sabe y puede sin esperar mayor recompensa que el sueño de una mejor región.

Lo segundo, lograr despertar preguntas, interrogantes, inquietudes, y muchas, muchas, muchas dudas. Narrar nuestro cuento hoy resulta fácil, pero también ha sido complejo construirlo. De ahí que lo tercero sea esa recompensa de saber que hoy contamos con un norte conceptual, teórico y fundante que nos permite reconocer a la distancia el horizonte esperanzador de nuestro andar. Cuarto lugar ocupan las caras que se muestran satisfechas de recibir otro tipo de discursos, de no recibir cátedra, de permitir el diálogo y la concertación, de sentarse a la mesa en el mismo orden de jerarquía y de poder levantar la mano sin ser acusados.

Son premios las voces de aliento que nos invitan a continuar marchando en contravía a pesar de las piedras que otros y otras lanzan en contra de nuestra labor, como si de una competencia se tratara esta tarea de provocar nuevos sueños y nuevas esperanzas en los corazones que se acostumbraron a recibir abrazos de compasión, miradas de lástima y actos de limosna.

Entre el viernes y sábado de esta semana que acaba de terminar pensé estas y otras cosas más en Ipiales, en esa tierra mía que todavía me atrapa. Lo pensé porque fue grato, satisfactorio, sumamente enriquecedor trabajar con los colectivos de Radios Ciudadanas de Ipiales y Buesaco. Colectivos dispuestos a trabajar por su región, por sus municipios, por su comunidad. Las palabras de reencuentro con la misión de nuestro proceso regional desde la boca siempre cuestionadora de Alirio Velásquez, las insistentes preguntas de Elvis, los acertados verbos y versos de Gerardo, las miradas inquietas de María Fernanda y Alvaro, el corazón palpitante de comunidad de Johana, la palabra convincente de Mario, el empuje emotivo de Gloria, la compañía siempre oportuna de Carolina, Pacho y John, hicieron de nuestro conversatorio subregional un encuentro que validó la palabra, que le dio campo a la razón y al corazón.

En Ipiales, en medio de ese frio que me recuerda mis retos infantiles más antiguos, pude volver a mirar al cielo para dar gracias por esa oportunidad maravillosa de contribuir a que este rincón del sur siga en su labor de despertar frente a mejores soles. Qué bueno es ser parte de este Fondo Mixto, qué bueno es ser parte de este grupo de amigos que todavía ríe a carcajadas sin remordimiento; qué grato es recibir el saludo cordial de los que creen en nuestra contra corriente, qué bueno en pensar en otra comunicación y que a pesar de todo, de muchos otros y de algunas cuantas otras, este caminar vale la pena.

Qué bueno que vuelva CONTRAVÍA.



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