SERENATA Y HERMANDAD
El final de la serenata ofrecida por la Cámara de Comercio de Pasto a la capital nariñense en la noche del miércoles 21 de mayo estuvo enmarcada por un canto final en el que las Tunas: Hidalguía Mestiza de Ipiales, Real de Nariño de la Fundación Universitaria San Martín, y de la Universidad Cooperativa de Colombia junto a la Rondalla Javeriana, cantaron al son de las Cintas de mi Capa, un himno de hermanda, de amistad y de unión. Expresiones que siempre significarán el camino para lograr mejores formas de nuestra vida. Todos juntos celebraron una noche mágica que volvió a dejar en alto el sentido del ya institucionalizado Festival de Coros y Tunas. 
Boleros, pasodobles, flamencos, marchas, aires latinoamericanos, cantos de aquí y de allá surgieron con fuerza y coraje de caballeros en la noche que Pasto bailó, cantó y soñó junto a las tunas y el coro que hicieron presencia en la Plaza de Nariño para decir, nuevamente "sí es posible". Y mucho más desde esa esfera cultural que permea los conflictos para dejar a la libertad cantar con empuje y amor. 
El son propio de la Tuna Hidalguía Mestiza de Ipiales que ahora vestida de grillo fortalece la tradición se destacó por su alegría, su buen humor, su fuerza vocal y la clara combinación de los aires españoles con lo mejor de nuestra tierra. La Tuna de la Universidad Cooperativa encantó al público con el manejo de sus voces combinadas y la fuerza de la juventud estudiantil que habla muy bien del sentido del movimiento tuneril. Por su parte, la Tuna Real de Nariño demostró variación en su repertorio que caminó desde lo más propio de la vida tunezca, hasta el bolero, pasando por un delicioso mosaico que puso a bailar a muchos asistentes, cerrando con el himno de la unión y la amistad como es su tradicional Muralla. Mención aparte merece la Rondalla Javeriana que es un buen ejemplo de nuestros talentos locales en el manejo vocal.
Amor, emoción, alegría, nerviosismo, baile, recuerdos, nostalgias y sueños surgieron esa noche, esa noche que yo también viví, como tuno, como ipialeño, como pastuso, como cantor de cuentos e historias nuevas. Así viví esa serenata de hermandad. AUPA TUNA
El final de la serenata ofrecida por la Cámara de Comercio de Pasto a la capital nariñense en la noche del miércoles 21 de mayo estuvo enmarcada por un canto final en el que las Tunas: Hidalguía Mestiza de Ipiales, Real de Nariño de la Fundación Universitaria San Martín, y de la Universidad Cooperativa de Colombia junto a la Rondalla Javeriana, cantaron al son de las Cintas de mi Capa, un himno de hermanda, de amistad y de unión. Expresiones que siempre significarán el camino para lograr mejores formas de nuestra vida. Todos juntos celebraron una noche mágica que volvió a dejar en alto el sentido del ya institucionalizado Festival de Coros y Tunas. 
Boleros, pasodobles, flamencos, marchas, aires latinoamericanos, cantos de aquí y de allá surgieron con fuerza y coraje de caballeros en la noche que Pasto bailó, cantó y soñó junto a las tunas y el coro que hicieron presencia en la Plaza de Nariño para decir, nuevamente "sí es posible". Y mucho más desde esa esfera cultural que permea los conflictos para dejar a la libertad cantar con empuje y amor. 
El son propio de la Tuna Hidalguía Mestiza de Ipiales que ahora vestida de grillo fortalece la tradición se destacó por su alegría, su buen humor, su fuerza vocal y la clara combinación de los aires españoles con lo mejor de nuestra tierra. La Tuna de la Universidad Cooperativa encantó al público con el manejo de sus voces combinadas y la fuerza de la juventud estudiantil que habla muy bien del sentido del movimiento tuneril. Por su parte, la Tuna Real de Nariño demostró variación en su repertorio que caminó desde lo más propio de la vida tunezca, hasta el bolero, pasando por un delicioso mosaico que puso a bailar a muchos asistentes, cerrando con el himno de la unión y la amistad como es su tradicional Muralla. Mención aparte merece la Rondalla Javeriana que es un buen ejemplo de nuestros talentos locales en el manejo vocal.
Amor, emoción, alegría, nerviosismo, baile, recuerdos, nostalgias y sueños surgieron esa noche, esa noche que yo también viví, como tuno, como ipialeño, como pastuso, como cantor de cuentos e historias nuevas. Así viví esa serenata de hermandad. AUPA TUNA
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