miércoles, 7 de enero de 2009

CARNAVAL Y COMUNICACIÓN


CARNAVAL: ¿DÓNDE QUEDÓ LA COMUNICACIÓN?
Por: C.S. Gustavo Montenegro Cardona.

Un tema es innegable, el carnaval es incontenible. La fuerza de su dinámica no depende de elementos externos, ni se disminuye ni se clausura por decisión particular. El Carnaval es ser viviente en la vida urbana de Pasto y es una expresión que trasciende las fronteras locales. Es suficiente con la muestra de arte, creatividad, lúdica, respeto y amor por la expresión carnavalesca que pusieron en el espacio público los artesanos de esta tierra que gozó, sin duda, una de las mejores fiestas de los últimos años.

La innovación en la técnica, en los acabados, en el perfeccionamiento de las obras; la explosión de color, de amor hecho juego y cariño por el territorio que se vio y sintió desde los inicios de los carnavales es el documento testigo firmado por sus autores y protagonistas.

Por eso resulta hipócrita (me disculpo por la expresión, pero no por la emoción), sí, hipócrita, descarado el editorial del DIARIO DEL SUR del 7 de enero de 2009 cuando dice: “Se equivocaron quienes pensaron que esta fiesta se anularía y que incluso motivaron a movimientos sociales para que así fuera. Es innegable que la acción de los delincuentes que promovieron las ‘pirámides’ dejaron golpeado a la mayor parte del pueblo nariñense”, por ser, precisamente, el medio de comunicación que más difundió la idea del descalabro económico cuando anunció con ironía que hasta los artesanos del carnaval todo lo habían perdido y que ponían en riesgo los carnavales de Pasto como consecuencia de los fenómenos económicos que cerraron el año 2008. El DIARIO DEL SUR es el primer equivocado pues su enfoque editorial priorizó el desastre económico, generó ruido hasta el cansancio y por defender su apellido fundador se preocupó más del rumor que de la comunicación para la sociedad afectada frente al tema de las captadoras de dinero, generando incluso inquietud sobre la realización de las fiestas de comienzo de año.

Así como se equivoca DIARIO DEL SUR en su editorial, también se equivocó la organización de un evento que ya no admite timidez en su dimensión comunicativa e informativa. Una página web desactualizada, galerías fotográficas carentes de calidad técnica, información dispersa, tardía y confusa; ausencia de imagen corporativa, medios masivos de comunicación que siguen desligados del contexto, ajenos a la realidad, distantes de la gente y de los procesos, entre muchas otras falencias marcaron el punto débil de los Carnavales alrededor del tema informativo y comunicativo.

El Carnaval rompió desde hace mucho tiempo su frontera local, incluso nacional, de ahí que merezca un lugar destacado en la dimensión comunicacional de los grandes eventos tanto del país como del mundo entero. Mientras la Feria de Manizales obtiene fácilmente secciones de 10 a 15 minutos de duración en las secciones de farándula de los noticieros nacionales, el Carnaval de Negros y Blancos, futuro Patrimonio Intangible de la Humanidad no pasa de ser presentado con notas sosas, descontextualizadas, vacías e impertinentes. “Los músicos tocan zampañas”, “seguimos disfrutando del canelazo típico”, son solo algunas afirmaciones desacertadas de las frías presentadoras enviadas por RCN y CARACOL televisión cuando deberían referirse a las zampoñas de los colectivos coreográficos, y a los hervidos tradicionales que son culinariamente diferentes al canelazo del centro del país.

Sin embargo, en lo esencial el Carnaval no tiene presencia iconográfica, no luce en los medios y no pasa de ser un festín tradicional. Otorgar la dimensión que requiere su carácter patrimonial merece de estrategias de comunicación e información, de recursos, de gestión, de articulación de esfuerzos y de medidas de alto impacto para detonar mayor turismo, altísima calidad en la organización y mejoramiento en todas las prácticas asociadas.

Se debe resaltar el esfuerzo de Caracol Radio que en cabeza de Yolanda Ruíz propuso un tratamiento informativo diferente, sin embargo, es una iniciativa de la empresa privada frente a una determinación que debería surgir de las entrañas de la Corporación organizadora, pero también se debe rechazar que la página de internet de DIARIO DEL SUR se activara solamente desde el 7 de enero, y que ningún medio virtual tuviera la capacidad de informar de manera más rápida y oportuna en una época que exige ir más allá de las ediciones impresas, de los programas radiales en vivo o de las transmisiones locales por cable operadores.

La debilidad en la organización estratégica de la comunicación impidió, por ejemplo, que Telepacífico transmitiera para Colombia y el mundo el trabajo de los artesanos hecho vida en las carrozas que despertaron todo tipo de sensaciones en los públicos presentes, pero que no pudieron gozar las audiencias televisivas de otras latitudes. Por supuesto, no es responsabilidad de Telepacífico el control sobre el tráfico del desfile, y emite en los horarios acordados y previstos con el organizador, temas que son del manejo de quien lleva la batuta de la fiesta siempre y cuando tenga control y previsión sobre el sentido de la comunicación.

El Carnaval 2009 no se comunicó, pasó por las tradicionales emisiones de la radio local sin mayor efecto, pero logró ir más allá de la información local. Es tiempo para pensar durante un nuevo año para que las fiestas de 2010 además de contar con la brillante actuación de sus protagonistas, sus relatos se difundan con calidad, con técnica, por diversos medios, con diversas fuentes, con riqueza informativa y comunicacional. Es hora de comunicar un Carnaval con criterio de globalidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Total y absolutamente de acuerdo con tu visión. Es cierto, parece que el ser patrimonio nacional y posteriormente internacional nos ha quedado grande. Pienso que todavía no comprendemos la importancia que tiene el carnaval para nuestra ciudad y lo seguimos tratando como un evento segundón. Es necesario que de una vez por todas el gobierno local y nacional se metan verdaderamente la mano al drill y se organice las fiestas desde una corporación fuerte y autónomoa.

DARIO LOPEZ