viernes, 18 de julio de 2008

Toto La Momposina

Un canto de libertad comienza a sonar por todos los rincones de esta patria que aún sigue adolorida. La celebración del 20 de julio no es una fiesta uribista, ni fariana, menos de cualquier paramilitar. Es, nuestro día de fiesta máximo, un canto para recordar que no somos tan libres como queremos, que todavía falta mucho para construir en este territorio, que la cultura sigue siendo nuestro mejor vínculo, y que será cuestión de apostarle a mejores amaneceres desde el trabajo que cada uno pueda hacer para que la nación no siga muriendo de abandono.

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