Castellano correcto
De paros, camiones y camioneros
Por Jairo Cala Otero
¡Afortunadamente el paro de camioneros, terminó! Por lo menos así también termina –por ahora- una expresión imprecisa que, durante las dos semanas de vigencia de ese movimiento de protesta, utilizaron muchos periodistas en Colombia: ¡paro camionero! Dicho de otro modo: desde el sábado paró el uso del giro "paro camionero", en los medios periodísticos. ¡Aleluya!Para entrar en razón es preciso, primero, que echemos un vistazo sobre cada una de las dos palabras que componen tal expresión:
Paro: Que deriva del verbo parar, significa cesar en el movimiento o en la acción. Pero también significa: "Interrupción de actividades colectivas por iniciativa de algún grupo social o de una autoridad; huelga (interrupción de la actividad laboral por parte de los trabajadores). Situación de quien se encuentra privado de trabajo. Conjunto de todas aquellas personas que no están empleadas porque no encuentran trabajo". Como se nota, con el vocablo "paro" se habla de una acción, un movimiento, una decisión; nunca de un ser animado.
A ese tipo de palabras se les llama sustantivos abstractos. Esto es, denotan una acción ejecutada por otro agente (otro sustantivo, que puede ser común o propio).Así las cosas, el paro (cesación de labores) que hubo en Colombia lo cumplieron los camioneros. Este sí es un vocablo que señala a seres animados, a personas. Por tanto, es sustantivo común; pero simultáneamente es sustantivo concreto, animado y colectivo.Ahora, recordemos lo que semánticamente es un camionero:
Camionero o camionera: Persona que conduce un camión.Los camioneros (los que conducen camiones) fueron quienes suspendieron labores; pararon actividades, entraron en paro. Luego el paro fue de camioneros.
"Paro de camioneros fue levantado ayer", por ejemplo, debió ser la expresión correcta para el titular de los periódicos sobre el fin de esa protesta de camineros (no "protesta camionera", como seguramente hubieran dicho y escrito los necios).
Para que haya precisión se necesita de la preposición "de".Alguien, para justificar el uso del giro impreciso ya aludido, explicaba al autor de este artículo: "Es que 'paro camionero' queda mejor para el encuadre del titular de prensa; en cambio, 'paro de camioneros' es más largo y daña la armonía del título". ¡Vaya, vaya! Con que el asunto, entonces, ¡es de estética y no de corrección lingüística!
Como si al lector le importara simplemente si el titular de prensa se "ve bonito". Con ese tipo de argumentos (peregrinos y sin soporte idiomático) se "ametralla" diariamente al español; y sus promotores quedan convencidos de que hicieron una gran hazaña. Pero, no. Lo que hacen es destruir el conjunto de una normatividad por la que se hace funcional un idioma.Es procedente aprovechar este último aspecto para transcribir lo que dice la máxima autoridad lingüística del español (RAE), sobre el particular: "La norma no es sino el conjunto de preferencias lingüísticas vigentes en una comunidad de hablantes, adoptadas por consenso implícito entre sus miembros y convertidas en modelos de buen uso. Si no existiera ese conjunto de preferencias comunes, y cada hablante emplease sistemáticamente opciones particulares, la comunicación se haría difícil y, en último extremo, imposible. La norma surge, pues, del uso comúnmente aceptado y se impone a él, no por decisión o capricho de ninguna autoridad lingüística, sino porque asegura la existencia de un código compartido que preserva la eficacia de la lengua como instrumento de comunicación".
Muy claro. Lo contrario es terquedad, simplemente. Terquedad con la que se sigue actuando en contravía de lo que ha sido estatuido como correcto. ¿Se imagina usted, caro lector, una sociedad sin leyes y sin castigo para quienes las infringen? Eso que hacen los antisociales, quieren hacerlo también los contraventores de la normatividad lingüística. Del caos en el lenguaje, ¡ampáranos, Señor!