miércoles, 10 de diciembre de 2008

UNA VOZ CON AUTORIDAD


Daniel Samper Pizano
Fusilando a modelos y panaderos

Yo entiendo que acuse síntomas de locura la clase dirigente de Colombia, donde un escándalo tapa al anterior y vivimos en una constante y vertiginosa montaña rusa. Pero lo que ocurre con las pirámides necesitaría la intervención urgente de un equipo de psicoanalistas calificados. Tras incubar durante años sin mayores reproches a los empresarios del tumbis, se extiende ahora un macartismo farisaico consistente en poner en la picota a todo el que alguna vez saludó, preguntó la hora o compartió ascensor con alguno de los faraones del dinero fácil y, en especial, con David Murcia Guzmán, profeta mechudo de DMG.

Pocos se interesaron por controlar a este personaje hace un tiempo y en este momento cualquiera puede quedar señalado por haber tenido mínimo contacto con él o sus socios. Las pirámides, que crecieron con escasa oposición o advertencia, ahora contaminan a medio país mientras marchan hacia la hoguera los que fueron consultados por algún negocio vinculado a DMG, los que recibieron propuestas de un canal de televisión con el lobísimo nombre de Body Channel, los que compartieron circunstancias de tiempo y lugar con Murcia, los que lo vieron, los que vieron a quienes lo habían visto...

En breves semanas se ha formado una larga lista de apestados donde hay de todo: desde políticos que apoyaron a los faraones u obtuvieron beneficios suyos hasta funcionarios que, en desarrollo de su oficio, atendieron a alguien vinculado a las firmas hoy señaladas como estafadoras y lavadoras de dólares. He visto mosaicos de señoritas modelos condenadas con nombre y apellido porque alguna vez alguien les planteó aparecer en el canal de marras; recuerdo una notícula en la que critican a personajes desvinculados del problema porque uno de sus amigos es amigo de un amigo de Murcia; leí a un columnista cuya propuesta de justicia consiste en resarcir a los pequeños ahorradores y que las demás víctimas "se frieguen".

Una epidemia de higiene histérica se adueña del organismo social: medios de comunicación donde anunció DMG se apresuran a devolver la plata, echan a periodistas que las asesoraron, acusan a los hijos de Uribe de conocer a Daniel Ángel, un socio de Murcia proveniente de notables familias de Armenia. Yo no lo conozco, ni conozco a nadie vinculado a la gestión de pirámides, ni perdí ni gané un solo centavo con ellas, ni he hablado jamás con los hijos de Uribe, pero aclaro que sí conozco y compadezco al papá del incriminado. ¿Servirá esta confesión como auto cabeza de proceso?

El escándalo producirá sanos sacudones. En la prensa, por ejemplo, queda expuesta la doble e incompatible condición de periodista y asesor. En la política, aumentará el deterioro de tan desprestigiada actividad. En el opulento sector financiero, percibimos hasta qué punto la banca normal desdeña a los colombianos pobres y explota a los otros.

Pero es clave mermar la inquisición demencial que amenaza con llevarnos a una variedad de Fuenteovejuna: "Todo el país está untado, por lo tanto todo el país es inocente". No: aquí pululan inocentes y culpables, y no conviene revolverlos. El asunto no es encarcelar al que vendía pan al faraón mechudo, sino al faraón mechudo. Hay que precisar y señalar la responsabilidad de las oficinas fiscalizadoras del Gobierno, que extendían por las ventanillas certificados de limpieza a estas entidades pero advertían entre telones a sus amigos que tuvieran cuidado.

Al Gobierno, pues, cabe la primerísima culpa en la parranda de dineros ajenos escamoteados. Si el costo es el puntillazo a la re-reelección (ya gravemente herida por la campaña gramatical y contablemente esperpéntica del ex senador Luis Guillermo Giraldo), pues que sea. Pero no fusilemos a modelos y panaderos.
ESQUIRLAS. ¿Quién organizó la vuelta olímpica a Suramérica de Íngrid Betancourt? Tuvieron que ser su oficina de relaciones públicas o el gobierno francés, porque a algunos embajadores colombianos casi ni los invita.

cambalache@mail.ddnet.es
Daniel Samper Pizano

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