jueves, 6 de enero de 2011

CARNAVAL Y COMUNICACIÓN

por GUSTAVO MONTENEGRO
@TIRODECAMARA
@gusmontenegro

Llegar a Ipiales siempre es aterrizar en la zona del descanso, la tranquilidad y la calma de la casa que me aloja con amor. Resultó necesario romper la dinámica de las vacaciones. El calor del día, el sol que invitó a visitar la calle. El aroma de fiesta, y esa sensación que surge desde lo profundo de la identidad me dijeron, hay que salir. Y salí.

Volví a jugar en 6 de enero, día de blanquitos, en Ipiales, con la familia, en la calle lejana de la casa, armado de talco, carioca y alegría. Resulta complejo desligar la mirada comunicativa que arrastro a todas partes y en todo momento, por eso sólo algunos puntos que debo poner sobre la carpa de este texto en consideración de lo acontecido:

1. Ipiales y la organización de su carnaval madura y es fuerte con el pasar del tiempo.
2. Las murgas del municipio ponen un tono diferente, además de los sonidos tradicionales, hoy desfilaron músicas nuevas, instrumentos particulares y músicos esforzados en una innovación que le pone al carnaval su sello propio, su carga identitaria que lo diferencia de la de otros rincones de la región.
3. A través del trabajo de los artesanos que hoy participaron en los disfraces individuales, más de quince tal vez, se nota el esfuerzo por hacer del carnaval una escuela de formación que permite la sostenibilidad de la expresión popular.
4. Lo opaco que resultaba ser el 6 por la densa neblina que dibuja en el aire el talco y la carioca, esta vez vimos un desfile colorido, resplandeciente. Buen manejo del color por parte de los artistas del carnaval ipialeño.
5. El diseño de las diferentes figuras denota trabajo, dedicación, esfuerzo y honestidad por parte de los artesanos, que tanto en los disfraces individuales como en las pocas carrozas dejaron una grata sensación por parte de las manos artesanales.
6. El juego es tal vez la connotación más profunda que el carnaval tiene desde la comunicación. El símbolo del juego, la convivencia alrededor del juego, el trato, el diálogo establecido, las señales por el respeto y la tolerancia; la explicación, las nuevas relaciones, el acercamiento y respeto al otro son juegos comunicativos, y la comunicación, cuando es lúdica manifiesta con claridad el sentido de su mensaje.
7. Queda la necesidad de fortalecer la capacidad de reacción del público ante el mensaje del artista local. Aún el público se reserva, es tímido, quiere explotar, pero se contiene. El público debe convertirse en audiencia activa, dejar a un lado la extrema pasividad que puede generar distancia con el artesano que exhibe su trabajo esperando lluvias de aplausos y manifestaciones a sus alegorías. En eso debemos trabajar como comunidad.
8. Y entonces para qué salió. Muchas personas salen cubiertas de pies a cabeza. Tapan cabellos, ojos, boca, manos, brazos, y todo lo demás, esperando pasar invictas ante los jugadores. Se vuelven a equivocar. Si las personas no desean ser "machadas", "untadas" o no quieren "ensuciarse", pues es mejor que vean la transmisión de la televisión y se queden tranquilas en casa. El carnaval es juego. Y si juegan con usted, por favor, no se enoje.
9. Sigue la urgencia de diseñar, desde lo colectivo, desde la organización, desde la planeación, un aparato comunicativo unificado, una estrategia, no sólo de promoción y divulgación, sino de contenidos diversos asociados a la dinámica propia del carnaval. Hay que informar sobre el carnaval, no sobre el suceso, sino sobre el acontecimiento. Hay que denotar los símbolos, significados, formas y mensajes escondidos tras el juego carnavalesco. Hay que interpretar las realidades circundantes al juego más vivo, más popular y más divertido que tiene el sur de Colombia.

Qué bueno gozar de carnavales en Ipiales, qué bueno jugar un 6 de enero a la luz de la comunicación y la vida renovada. Gracias tierra mía.


4 comentarios:

Juan Esteban Cabrera Estupiñan dijo...

Hola Gustavo, igual que a ti me invadió la necesidad de salir a las calles ipialeñas a disfrutar unos carnavales que, a mi modo de ver, son más interesantes en cada una de sus versiones; creo, incluso, que son mucho más ricos de jugar que los de Pasto, tan densos y largos, quizá difiero contigo en el calificativo que les das al número de carrozas, pocas me parece injusto, yo diría que son las que tienen que estar y que quienes participaron en esa modalidad estuvieron a la altura. Fue rico gozar de Ipiales, de su gente, de ese estar en el sur en medio de mis hermanos. Y que del concierto de W. Colon? ah...

gusmontenegro dijo...

Hola Juan, bienvenido como siempre a TIRO DE CÁMARA, como verás estamos de acuerdo en el desacuerdo, pues si bien se denota que hubo pocas carrozas, la poco fue suficiente y reluciente. Gracias por tu participación. Buen 2011 para ti.

Belén dijo...

hola gustavo.... muy bueno lo que escribis... estudie comunicacion social, sólo me falta la tesis y esto que acabo de leer quizá me de alguna idea!
un saludo!

gusmontenegro dijo...

Kaila, muchas gracias por el comentario. Siempre bienvenida a este rincón comunicativo. En lo que podamos servirte siempre cuenta con nosotros.