sábado, 9 de agosto de 2008

EL RINCÓN DE LA EGOLATRÍA


Como parte de sus relatos permanentes mi padre siempre nos narraba que cada vez que debía volver desde Pasto hacia Ipiales para entregar sus informes de rendimiento académico cuando estudiaba en el Instituto Champagnat, regresaba a casa con una sonrisa enorme en el rostro y le decía a mi abuela - "Mamá, aquí están las notas, mira, saqué el primer puesto".- La abuela lo miraba directamente a los ojos, y con voz pausada le respondía - "Y entonces, ¿a qué te mandé?". La advertencia de la abuela era una lección clara respecto al asunto de la responsabilidad. Si bien tenemos derecho a sentirnos felices, orgullosos y gustosos de los logros por nuestro trabajo, también debemos reconocer el límite que impone el punto adecuado de la ufanación sobre aquello que simplemente es parte de nuestro quehacer diario.




Esto para reclamar, más con tristeza que dolor o rabia, la actitud que RCN ha mostrada frente a sus propias cámaras por la transmisión de un video que, independientemente de la manera en que hayan obtenido el nuevo tesoro de la "Operación Jaque", no es más que la circulación de un material que al entrar en el proceso mediático de la emisión se convierte en información pública. RCN se equivoca al tratar de equiparar la consecución del material con el logro de la estrategia militar. En ningún momento, el medio, los periodistas, la empresa o sus directivos, pueden pretender ser más noticia que la misma noticia. La divulgación del material es una dinámica propia del medio, existe para eso, esa es su responsabilidad, de ahí que resulta molesto, empalagoso y tensionante que Noticias RCN haga del cumplimiento de sus deberes un espectáculo del alarde y del sensacionalismo cuando debería guardar prudencia, precisión y actuar con serenidad, tranquilidad y sana modestia para ser ejemplo desde lo que se debe hacer bien siempre.


Es así como RCN se convierte en el medio oficial del gobierno, asume posición, se aleja de la neutralidad, y otorga crédito a aquellos que consideran que la casa informativa es la Radio de la Casa de Nariño. A esta actitud se suma la ya pedante manera de informar de una Vicky Dávila que se exhibe como una reina de belleza que adula a los generales de la República y se quita el sombrero ante el Ministro de Defensa, como si se tratara de rendir culto ante las cámaras en una clara demostración de mostrar que se hace bien la tarea asignada por el centralismo gubernamental.

Lo digo con énfasis, mal, muy mal RCN. Por poner en circulación la información pública simplemente deberíamos decir "Y, entonces, ¿a qué te mande?". A ese paso vamos a terminar aplaudiendo cada vez que en una EPS, nueva o vieja, se atienda con diligencia a los usuarios de la salud, o cuando los educadores se responsabilicen en serio con la formación de nuestros hijos, o cuando, por fin, el Estado recuerde que además del conflicto armado, existe un país que demanda más atención frente a su Desarrollo Humano.

1 comentario:

Angela Burbano dijo...

Me gustó mucho tu artículo, Gus.