PENSAMIENTOS DURANTE UN RODAJE

EL MUNDO GIRA, GIRA, Y LA SERIE MIRA Y MIRA.
Por: C.S. GUSTAVO MONTENEGRO CARDONA

Heiver Coral, cargado de humildad, de timidez, de sensibilidad nos mostró su historia en Indoamericanto, nos habló de su familia, nos mostró los rincones de su hogar y sus ojos se cargaron de lágrimas porque el amor que siente por Indoamericanto se convierte en una expresión que sólo es posible comprender en el mundo interno del corazón andino. Entre una pausa vemos como el mundo sigue discutiendo polarizadamente el tema de la libertad como un botín político que todavía no es transparente ante las urnas.

Diana Gómez es una mujer seria, es fina en el andar y en su danza; su vida familiar es tranquila. Sus palabras hablan de la joven que busca nuevos horizontes desde lo profesional, que así como trabaja comparte con sus amigos noches de una bohemia andina que nació en la ciudad al compás de un colectivo coreográfico que rompió en dos la historia del Carnaval de Negros y Blancos. El mundo, sigue rodando, mientras nosotros seguimos buscando otras realidades en el sur. Las palabras, la pasión y el espíritu dispuesto de personas como Hernán Coral, Jorge Cárdenas y Milton Portilla para nada se comparan con los agravios, con las declaraciones apasionadas de un Presidente que pierde el horizonte, o con grupos que bajo el lema de la libertad y la paz se arman de manera distinta para distraer la atención sobre los temas profundos del país.

Fernando Martínez camina tan rápido que es difícil seguirlo con la cámara, pero nuestros ojos no pierden de vista la alegría que despliega con cada palabra, con cada gesto, con cada actitud. Es un pastuso raizal, templado, trabajador, de buen humor, certero en sus decisiones, apasionado por la vida andina. Fernando vive de afán, porque sus asuntos no dan espera. Un contraste total con el ritmo de aquellos que pasan horas y horas discutiendo, opinando, insultando frente a las actitudes de los periodistas que rompen la frontera del deber ser por el ansia de la fama o de dejar mal ubicado al Gobierno; distintos los ritmos de un Gobierno que se enreda en discusiones, agresiones y condenas sin juicio previo, sin pruebas, sin fundamentos. El mundo afuera es otro, al interior de la realización la vida pasa ensalzada por la alegría musical, por la nostalgia de los años al lado de un Carnaval amado; tras la cámara el Sur es otro, otro es nuestro mundo, otros son nuestros horizontes.

Mientras miro las lágrimas detenidas en el rostro de Luis Felipe Benavides, sigo sin comprender cómo es posible que ante la cara de la libertad todo el mundo busque reflejar su mejor sonrisa, su mejor posición, su mejor alternativa protagónica, desconociendo al ser humano que habita detrás de la esclavitud vivida por el secuestro, por la guerra, por el conflicto armado. ¿Será posible que algún día comprendamos que el dolor ajeno se respeta, que el periodista no puede ser más noticia que la noticia, que gobernar no es intimidar, que democratizar no es interferir en la libertad civil, que hacer paz no es atentar contra la estabilidad estatal, que ayudar a liberar no puede tener como recompensa un palacio presidencial?

Mientras ese mundo gira, gira, una serie documental que se hace desde el Sur mira, y mira; mira otro mundo, mira otras realidades. Mira al sur de la danza, de la música, de la fiesta, del carnaval. Ser en el Sur analiza la vida de hombres y mujeres que son capaces de despertar con otros ritmos, con otras sensaciones, con otras ilusiones. Ahí están los ciudadanos que demandan atención por la cultura, por otra vida, por otra patria.

Nosotros seguiremos en nuestro rumbo, tratando de narrar ese SUR diferente, ese otro sur que no quiere más guerra, que espera otros debates, que ansia otras noticias. Mientras eso llega, que viva el documental, que viva el otro audiovisual, que viva otro día con nuestra propia novedad.

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