domingo, 1 de noviembre de 2009

PARA PENSAR LA TELENOVELA

Gente| 31 Oct 2009 - 9:00 pm

Desde el próximo miércoles en el Museo Nacional

Ese fiel espejo llamado telenovela

Por: Sara Araújo Castro
Las series que mostraron a Colombia como un país diverso, musical y alegre tendrán un lugar especial.
'Gallito Ramírez'
‘Esta es la historia de un buen muchacho que había en mi pueblo...’, decía el tema de presentación de esta novela producida por Caracol Televisión en 1986. Inspirada en ‘El Flechas’, de David Sánchez Juliao, fue protagonizada por Carlos Vives, Margarita Rosa de Francisco y Margalida Castro.

Corrían los años 80, mediados, y en las noches las familias se reunían alrededor del televisor para ver las desavenencias y amoríos de dos muchachos cartageneros: un humilde mensajero con sueños de boxeador y su novia rica y rebelde, una joven de cabellos indómitos que personificaba el espíritu jovial y libertario de esos años. La boda entre los personajes de la telenovela, Gallito Ramírez y la niña Mencha, tuvo tal significado en el imaginario de los colombianos, que el matrimonio de los actores que interpretaron estos personajes, Carlos Vives y Margarita Rosa de Francisco, se volvió un sueño hecho realidad, la boda de la década.

Algunos años más tarde, los colombianos sucumbirían una vez más al encanto natural de Vives, esta vez bajo el sombrero del compositor vallenato Rafael Escalona, mientras su entonces ex mujer alcanzó los más altos niveles de sintonía, esta vez bajo la falda de Gaviota, una joven recolectora de café que, con voz aguardientosa, interpretaba la música de la región cafetera.

Las telenovelas de los años 80 y 90 sabían a porro, olían a caña de azúcar, tenían la naturaleza recia de los Llanos Orientales o la calidez de las sabanas de Córdoba. La gente llegaba en las mañanas a hablar de las historias de la tía Soledad en Azúcar o de las ocurrencias del padre Pío Quinto Quintero de San Tropel. Bogotanos, vallecaucanos, paisas y costeños se unían para descubrirse en sus historias o para conocer de las otras regiones. Y así, con humor y amoríos, a través de lo que siempre se consideró como un género menor, se construyó una idea de país de regiones.

Este proceso formó parte del negocio de la televisión, sin mayores reflexiones, hasta que Jesús Martín Barbero, teórico de las comunicaciones, subrayó este hecho afirmando que esta variedad de identidades a través de la televisión fue lo que generó la conciencia popular de la diversidad cultural que quedaría plasmada en la Constitución del 91.

A partir de esta idea, y de la convicción que tiene el Museo Nacional de ser un centro para la historia y la identidad nacional que narra lo que ha sucedido en el siglo XX a través de los nuevos lenguajes, se creó la muestra Un país de telenovela, patrocinada por Caracol, bajo la curaduría de Andrea Cote.

“Hubo varios hechos que se convirtieron en puntos de quiebre para el Museo Nacional —explica Cristina Lleras, curadora del Museo—, por un lado, la gran encuesta que se realizó en 1999 para saber qué cosas consideraba la gente que deberían representarlos (una encuesta muy polémica que incluyó la toalla de Tirofijo). Luego, en 2003, llegó como donación el trofeo que recibió Luz Marina Zuluaga en Miss Universo y, finalmente, los coloquios con Jesús Martín Barbero, que hablaba de las telenovelas como hechos culturales”. Estos tres momentos plantearon a las directivas que el guión histórico posterior al Bogotazo hasta 1991 tenía que construirse con nuevos elementos y fue así como llegaron muestras como !Acción!, sobre cine colombiano y Nación Rock. Entonces era ya el momento para una muestra que no es artística, pero sí refleja mucho de la cultura nacional: las producciones televisivas.

Acentos, paisajes, tradiciones y aportes de cada serie

Una vez tomada la decisión de darles la bienvenida a las telenovelas en el Museo Nacional, en un gesto que corresponde a la apertura de los museos de hoy —no en vano el MOMA acogió una muestra del diseñador Jean Paul Gaultier o el tradicional Palacio de Versalles sirvió de escenario a un artista contemporáneo como Jeff Koons—, era necesario construir un guión que mostrara de qué manera esas 10 telenovelas -Pero sigo siendo el rey, Gallito Ramírez, San Tropel, Caballo viejo, Quieta Margarita, Azúcar, La casa de las dos palmas, Escalona, La potra zaina y Café con aroma de mujer- hablaron de las distintas regiones.

“Tratamos de ser democráticos en la escogencia por regiones. También tuvimos en cuenta la importancia de los seriados en su momento por fotografía, lenguaje audiovisual e impacto. Y, por último, que hubiera de distintas productoras, pero la conclusión es que las costumbristas fueron principalmente de Caracol y RCN, porque las otras se dedicaron a temas misteriosos o policiacos”, cuenta Andrea Cote, curadora invitada.

A través de espacios nostálgicos, que recrean distintos sets de televisión, los asistentes ven de qué manera las distintas series hablan de la oralidad, la música, la vida cotidiana, la religiosidad y el vestuario. En resumidas cuentas, un viaje al pasado que para muchos es cercano, que trae recuerdos y nostalgias, pero que para otros de los asistentes al Museo: los niños y los jóvenes, habla de tiempos antiguos en los que las telenovelas eran alegres. Tan alejadas de los temas sangrientos, oscuros y narcóticos que están tan en boga hoy. Tal vez necesitaremos 20 años más para comprender que esta nueva oleada de telenovelas inspiradas en la historia de la marginalidad habla más de lo que somos y de lo que queremos proyectar y admitir.

Programación académica

Toda la programación académica se desarrollará en el Auditorio Teresa Cuervo Borda del Museo Nacional de Colombia Entrada libre.

TALLERES

Dramaturgia: Juan Andrés Granados (independiente).

Actuación: Pavel Nowitzki (Caracol).

Dirección: Juan Carlos Villamizar Delgado (Caracol).

Producción: Diego Mejía (Fox Telecolombia).

Realización: Yuldor Gutiérrez (independiente).

Programación: María del Rosario Iregui (Caracol).

CONVERSATORIOS

Algo de historia: “Me gustaban mas las telenovelas de antes”. Un recorrido por la historia de nuestras telenovelas. Por Ómar Rincón, Patricia Téllez.

Dimensión estética de las telenovelas: “Eso no tiene estética, es puro entretenimiento producido en serie”. ¿Existe una estética del entretenimiento? Por Germán Rey

Dimensión social de las telenovelas: “La televisión tiene la culpa de todo lo malo que nos pasa”. ¿La tiene? Teorías sobre la importancia de la tele y las telenovelas en el tejido social. Por Jesús Martín Babero.

Informes Cra. 7ª Nº 28-66. Bogotá, D.C., Colombia. Teléfono: 334 8366 Fax: 337 4134. Internet: www.museonacional.gov.co e-mail: info@museonacional.gov.co.

TOMADO DE EL ESPECTADOR.COM

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