Los nombres y sonrisas de Alejandro y Nicolás y sus besos de cada nuevo día.
Los suspiros de Liliana, sus ojos infinitos, sus amores sin freno.
Los pasos de un padre llamado Carlos.
Los abrazos de un hermano-amigo Juan.
La ternura de una niña-madre adoptiva, Mary.
La tenacidad de un sobrino que vuela bajo el nombre de Diego Mauricio.
La mirada exótica y la ternura que embruja en Diana Marcela.
Las bendiciones de Rosy.
Los orgullos que despierta Juan Camilo.
El carácter de Luis Alfonso.
La estrella en el cielo que me cuida en Margarita.
Luego llegan la libertad, la pasión y la comunicación.
Por esas letras nuevas.
La docencia, el Fondo, los caminos andados por el Fondo y hasta el Fondo con el nuevo Juan Carlos.
Mi amigo el poeta, mi amiga la soñadora, mis compañeros con remedio.
los libros, los estudiantes, los trajes, los sueños, los ires y venires.
ENTONCES...PARA QUÉ MÁS MOTIVOS.
lunes, 30 de junio de 2008
Joaquin Sabina Nos sobran los motivos
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