domingo, 2 de noviembre de 2008

POR FAVOR, NO TOQUEN EL GÉNERO


Siempre he creído que el tema de la equidad de sexo, otros erróneamente sugieren que es de género, no pasa por el idioma sino por las políticas públicas, por las relaciones sociales, por una transformación de lo cultural. Así que por eso publico esta interesante nota del RAMÓN COROMINAS que encontré POR AQUÍ.


Se abre la sesión. La fiscal tiene la palabra.

Con aire educador:- Con la venia. Señoría, antes de empezar... Soy mujer, preferiría que nombre mi profesión en femenino. Fiscala, si no le importa.

Algo fastidiado:- Está bien, abogada. Prosiga.

Triunfanta:- Llamaré a declarar a mi primera testigo...

Con sorna- Si es "primera" será testiga, ¿no cree?.

Dubitativa:- Eeeh... sí... claro, disculpe.

Llamaré a mi primera testiga.

Sube la testiga y hace el juramento

- Cuéntenos lo sucedido, por favor.- Yo estaba asomada al balcón... (duda) ... la terraza. Y entonces vi un coche avanzar por la carretera generala...

- Querrá decir "general"...- Bueno, es que era carretera, no camino...

La fiscala enrojece, murmullos en la sala.

- De acuerdo, siga.

- El caso es que se le cruzó un motociclisto y el coche giró bruscamente para evitarlo...

Confundida:- ¿Un motociclisto?- Era un chico.

Más murmullos y algunas risas

- ¿Reconoce a esa persona?- Era un persono... es ese de ahí (señalando al acusado).

Ya algo molesta:- Bien... ¿y qué pasó entonces?

- Pues el piloto... o pilota, no sabría decir... quien conducía el coche giró para esquivar al de la moto y se dio de lleno contra el edificio de enfrente.

La abogada defensora se pone en pie:- ¡Protesto!

La fiscala, sorprendida:

- ¿Por qué protesta?- No era un edificio, era una casa.
Irritada:- ¡¿Y qué importa eso?!

- Bueno... es que no es lo mismo...Los murmullos se elevan, más risas

- ¡Orden! ¡Orden en la sala! Ruego a los asistentes que guarden silencio.

Grito desde el público:- ¡¡Y a las asistentas!!(Carcajados y vocerías)- ¡Orden! ¡Orden!El juez golpea con el mazo... la maza... golpea. El ruido desciende.

- No haré más preguntas, Señoría.- Señorío, si no le importa.

Suspiro, se levanta la abogada defensora:- Dice usted que vio a mi defendido cruzarse en una moto...- Sí, era él, sin duda, lo vi muy bien.- ¿Y dice que iba en una motocicleta?- Sí, eso es.- ¿No sería más bien un ciclomotor?Dudando:- Eehm, pues... podría ser, no sé...- Así que no lo vio todo tan bien como decía... si no era capaza de distinguir.- Pero...Cortanta:- ¡No hay más preguntas!- La testiga puede retirarse....Una hora... 60 minutos después... conclusiones de la fiscala-

Miembros del Jurado, Como han podido escuchar durante el juicio, el acusado irrumpió en la vía pública sin mirar y no señalizó la maniobra, lo que provocó las graves consecuencias que conocemos, con dos víctimas en estado grave. Por eso les pido el veredicto de culpabilidad. He terminado.

Alegato/a de la/el defensa/o:- Miembros y miembras del Jurado/a. Han oído las declaraciones y relatos de varios testigos y varias testigas, afirmando que vieron a una persona o persono cruzarse por delante del coche. Pero todas y todos han sido vagas y vagos -declaraciones y relatos, quiero decir-.Los declarantes y las declarantas no han sido capaces ni capazas de asegurar si conducía mota o ciclo, si fue casa o edificio; ni han recordado bien si los gritos de mi defendido pedían ayuda o socorro. También han declarado que vieron llegar a la policía y a la guardia civil, y hoy sabemos que no había ninguna mujer destinada en la zona. Incluso aquellos y aquellas que ayudaron a socorrer a los accidentados los calificaron como "víctimas", en vez de víctimos, cuando ambos son varones.En definitiva, considero probado que en el momento de suceder los hechos reinaban la confusión y el caos en el lugar, y nadie vio con claridad lo ocurrido, y por tanto sus testimonios no deberían ser tenido en cuenta, sino más bien en cuento. Les pido, pues, el único veredicto posible: inocento.

Epílogo:El juicio fue muy seguido por el pueblo/la gente, por personas e individuos; por bebés y bebesas, niños y niñas, adolescentes y adolescentas, jóvenes y jóvenas, adultos y adultas, mayores y mayoras. Tuvo gran repercusión en los medios y las medias; corrió de boca en boca, de oído en oído.Los lingüistos explicaron los aspectos poco claros de los testimonios; las lingüistas se centraron más en las facetas oscuras de las declaraciones. Nadie sabía decir si lo que había generado la discusión sobre el género había sido regeneración del idiomo o degeneración de la lengua. Faltaban respuestas. Sobraban criterios. Era un juicio de faltas y de sobras.Y pese a todos los esfuerzos de la abogada defensora, Pablo, el chico que se cruzó en la carretera, perdió el juicio y enloqueció. Su psiquiatro lo ayudó con lo segundo, era un gran terapeuto; pero Pablo no se libró de su culpa, el veredicto fue claro: ¡CULPABLO!

Por Ramón Corominas

Dibujo de Daumier
07/09/2006 01:10. Autor:
Gatopardo. enlace permanente. Tema: COLABORACIONES.

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